Presentación del Centro de Pensamiento Pluralizar la paz: acercamientos conceptuales locales y globales en tiempos de crisis

 

El Centro de Pensamiento Pluralizar la paz combina la investigación histórica del concepto socio-político de la paz en la larga duración en Colombia con la intervención pública orientada a sensibilizar la opinión pública del país en torno a la construcción de paz en el presente. Nuestro ánimo es enriquecer la conversación contemporánea y promover el reconocimiento de diversas tradiciones, lenguajes, prácticas y sentidos de la paz, de la variedad de formas de construir convivencia y reconciliación y alertar sobre las dificultades que esconde una ingenua comprensión de la paz.

 

¿Hay un terreno común en el cual la paz puede ser concebida en nuestro país? El intenso clima de polarización que atraviesa nuestra escena política, las recriminaciones y las recurrentes acusaciones entre los líderes de diversos espectros ideológicos, la estridencia de las polémicas públicas en torno a la paz, las promesas repetidas y la visión fatalista de una sociedad inveteradamente violenta, generan desaliento en el que muchos colombianos perciben que la paz nos elude. Pero ningún pueblo está condenado a la guerra.

 

La Universidad Nacional de Colombia constituyó el Centro de Pensamiento Pluralizar la Paz como laboratorio para explorar el entramado histórico conceptual y responder a esa pregunta a partir de tres premisas. En primer lugar, el Centro de Pensamiento parte del hecho de que los debates actuales en Colombia sobre la paz, aunque singulares por el contexto de los acuerdos con grupos armados, no constituyen una novedad. Los cuestionamientos y reflexiones sobre la paz y la violencia han sido recurrentes en la sociedad colombiana por más de 200 años y esa densidad histórica nos ha dejado con acumulados de experiencias con las que podemos construir insumos para responder a los problemas que enfrentamos.

 

Las urgencias del conflicto contemporáneo nos llevan al presentismo, aplanando el repertorio de posibilidades que nos ofrece el pasado. Dos consecuencias se derivan de esa mirada simplista. En primer lugar, nos convencemos de que todo lo que ha ocurrido es una historia de violencia. No hay mucho que rescatar de nuestro pasado y con impaciencia surgen los llamados a refundar nuevamente la sociedad en vez explorar puntos de concertación y diálogo. Pero nuestra historia no está hecha sólo de actos violentos sino de repetidos intentos por construir la paz.

 

Creemos que restituir una historia más compleja, recuperar las perspectivas de los actores del pasado, comprender sus razones para ejercer la violencia y la exclusión, o para firmar la paz y decidirse por la inclusión, es una condición necesaria para enfrentar con mayor tino los retos a los que nos enfrentamos. No se trata de exculpar sino de comprender. Esta insistencia en una sensibilidad o densidad histórica resulta particularmente importante para una generación que creció sin una cátedra de historia en la educación secundaria desde 1985, con la idea de que nuestra historia tenía poco que aportarnos a la construcción de la ciudadanía crítica, deliberante e incluyente. Conocer el pasado no sirve para predecir el futuro, pero sí es un ingrediente esencial para comprender la complejidad de nuestra experiencia colectiva y abre posibilidades a la imaginación política.

 

En segundo lugar, el Centro de Pensamiento parte de la convicción de que sólo a través del reconocimiento de las experiencias y expectativas, de las prácticas, saberes y memorias de los diversos actores sociales, es posible comprender el campo dentro del cual se ubica el convulso terreno posible de la paz en el país. Es por eso que el Centro genera herramientas y estrategias para reconocer y valorar la diversidad de experiencias locales, culturales y étnicas que constituyen la experiencia colombiana, en particular en la construcción de una convivencia democrática, respetuosa e incluyente. El Centro se propone identificar expresiones artísticas, culturales y de la memoria, en particular aquellas que resignifican las acciones compartidas para la resolución de conflictos, la construcción democrática e incluyente y la convivencia pacífica. Estas herramientas y estrategias se despliegan sobre la construcción de memoria, a través de experiencias relacionadas con lo simbólico, la atención a la voz de las víctimas y sobrevivientes, y el trabajo de organizaciones y colectivos. En suma, este eje da pie a un enfoque diferencial e interseccional que recoge y reconoce la pluralidad de sentidos y expresiones que tiene la paz en el país. 

 

En tercer lugar, el Centro propone concebir la paz como algo diferente a un estado, a un punto de llegada posterior al conflicto y a la guerra, en el que finalmente reina la armonía. Resulta más productivo pensar la paz como trabajo y mediación, como forma conflictiva en ella misma en la que, sin embargo, se puede construir el diálogo y la coexistencia. La paz no es lo que se viene después del conflicto; las paces se pueden y se vienen construyendo en múltiples y apartados lugares del país, con frecuencia de manera anónima y en medio del conflicto.

 

Una diversidad de iniciativas se realizan desde el Centro: la investigación histórica del concepto socio-político de la paz en larga duración en Colombia, el desarrollo de iniciativas pedagógicas vinculadas a la exploración, apreciación y promoción de los diversos sentidos y experiencias de paz, la producción de documentos que buscan orientar las políticas públicas en el sector educativo y cultural y la escenificación y co-producción de las prácticas y mediaciones de la paz con diversos grupos étnicos y culturales del país.

 

Para lograr estos objetivos, el Centro de Pensamiento ha construido alianzas con un conjunto de actores nacionales e internacionales importantes como el Centro de Pensamiento Amazonía de la Universidad Nacional de Colombia, la Subgerencia cultural del Banco de la República, el Instituto Colombo-Alemán para la Paz, CAPAZ, la Universidad de Caen en Francia y el Proyecto Iberoamericano de Historia Conceptual (Iberconceptos).

 

OBJETIVO GENERAL

 

1.     Restituir la complejidad de la paz en el debate público, a partir de su presentación como un escenario de permanente negociación y conflicto, desde una perspectiva histórico-conceptual, que tome en cuenta las experiencias de diferentes comunidades en Colombia.

2.     Cuestionar las comprensiones normativas hegemónicas y simplistas de la paz como punto de “resolución natural” de los conflictos a lo largo de dos siglos, a través de la restitución de un concepto de paz que incluya la pluralidad de sentidos adversos y contradictorios.

3.     Restituir la heterogeneidad de sentidos que han construido un concepto normativo de paz en Colombia desde la época colonial tardía hasta el presente. Esta restitución se hará desde los campos de experiencia y los horizontes de expectativa de los actores en los diferentes momentos de la historia colonial y republicana de Colombia.

4.     Aportar a la discusión en torno a lo que significa “una paz justa y democrática” a través de la comprensión de la paradoja histórica que ha sido que los actores invoquen la paz a la vez que llevan a cabo la guerra.

5.     Abrir a diferentes públicos espacios de reflexión sobre los actuales sentidos de la paz en circulación, así como para la recuperación de interpretaciones y prácticas asociados a la paz que han sido subalternizados, incluyendo la proposición de nuevos contenidos.

6.     Crear un guión curatorial, base de una exposición museográfica denominada “Sanaduría. Las plantas de la mediación”, que presente las prácticas culturales asociadas a la construcción de paz desde las experiencias de cuatro pueblos indígenas en Colombia.

7.     Incidir a través de la investigación en la formulación de lineamientos para el abordaje de la Cátedra de la Paz.

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