Historia conceptual de la paz en Colombia: “Pluralizando la paz”
(Hermes 42443)
La paz aparece en Colombia como un anhelo de varias décadas. Sus evocaciones frecuentes, su capacidad de movilización y la intensidad emocional que la acompaña sugiere que la paz es un ideal ampliamente compartido. Por su parte, una mirada a los diccionarios de diversos periodos evidencia el carácter diáfano de la paz a lo largo de la historia. “Paz”, dice el primer diccionario de lengua castellana, el Tesoro de Sebastián de Covarrubias de 1611, es la publica trãquillitas, la “tranquilidad y quietud de los estados” (en el Diccionario de la Real Academia de 1887) y es lo “opuesto a la guerra”. Es una definición repetida por los diccionarios posteriores hasta el más reciente de la Academia. Pero si la paz es fácilmente comprensible y ampliamente compartida, ¿cuál es entonces la dificultad en realizar ese viejo anhelo?
El proyecto de investigación parte del supuesto de que la economía de esta definición esconde el carácter denso, complejo y multivalente del concepto paz. Reconoce también que el rango de acción de la paz trasciende su oposición a la guerra y engloba un conjunto de aspiraciones y valores que son transversales en la vida social y política en común. En ese sentido, la paz funciona como un concepto socio político rector, una estructura de larga duración que orienta la acción colectiva y sustenta una visión del orden social. Para comprender el alcance real de los debates contemporáneos en torno a la paz es necesario, entonces, efectuar dos operaciones distintas.
En primer lugar, el proyecto “Historia conceptual de la paz en Colombia” restituye a la paz su carácter plural y polémico y recupera la diversidad de actores, agendas y escenarios a partir de los cuales se disputan la naturaleza, objetivos y modos de conseguir la paz. En ese sentido, no nos interesa proponer una definición correcta de la paz ni formular la receta adecuada para construirla. Más bien, nos interesa recuperar las disputas que se han dado y se dan en torno a la paz (su naturaleza, el modo de conseguirla, los obstáculos a los que se enfrenta, las condiciones y personas ideales para construirla) para evidenciar la opacidad, transversalidad y eficacia de la paz en los distintos órdenes de la sociedad colombiana contemporánea. Esa comprensión brinda una distancia crítica y nos prepara para la discusión deliberante a la hora de desarrollar la agenda de la paz en el presente.
La segunda operación que el proyecto lleva a cabo es ampliar la escala del presente para identificar las estructuras socio-semánticas de larga duración y las mutaciones, desplazamientos y variaciones que han sido significativas a lo largo de nuestra historia, las diversas capas superpuestas de experiencias históricas. Una mirada de larga duración nos permite describir las matrices dentro de las cuales operan los sentidos de la paz, recuperar el entramado que orienta la acción política en una sociedad y describir su estructura conflictiva. Entender por qué, muy a nuestro pesar, la paz ha sido con frecuencia un vocablo de guerra.
La transversalidad de la paz en la experiencia social y política de este país nos ha permitido identificar en seis escenarios, sus actores, infraestructura e institucionalidad, sus lenguajes políticos y el repertorio de acciones que han desplegado para imponer un consenso, imponer una cierta paz y objetar la del contrincante. Estos seis escenarios han desempeñado un papel clave en nuestra historia pues allí se han debatido los sentidos diversos de la paz y nos permiten rastrear su conflictividad:
1) Paz y ordenamiento internacional
2) Paz y legitimidad política
3) Paz y orden cotidiano
4) Paz y desarrollo económico
5) Paz y guerras civiles
6) Fundamentos morales de la paz en Colombia
En un trabajo conjunto, cada registro está elaborado por periodos que constituyen momentos de movilización y densificación del concepto paz.
Tras un año largo de trabajo ofrecemos tres conclusiones provisionales, que son el resultado de las reflexiones adelantadas por el grupo: (i) más que ser simplemente el opuesto a la guerra, la paz atraviesa todos los órdenes sociales e implica nociones de justicia, representación, orden, diferencia y oposición. El concepto hegemónico que ha dominado la experiencia colombiana se vincula de manera decisiva a cinco atributos ideales: orden, armonía, correspondencia, jerarquía y unidad. Ellos constituyen la gramática con la cual buena parte de los colombianos han concebido la paz durante dos siglos. Existen otras gramáticas de la paz (por ejemplo, la que concibe la paz no como un estado sino como una relación conflictiva), pero esas alternativas siguen siendo minoritarias. (ii) El concepto “paz” ha servido con frecuencia para intensificar la conflictividad social –incluso para exacerbarla hasta el punto de producir encuentros bélicos. En tanto la paz está frecuentemente vinculada a expectativas de un orden social ideal, no es raro que en nombre de ella se esté dispuesto a acometer la guerra. (iii) A diferencia de Europa, donde la paz se vincula a enfrentamientos entre naciones, en América Latina y en Colombia particularmente los debates sobre la paz se han centrado en torno a la experiencia de violencia sociopolítica interna, con frecuencia expresada a través de guerras civiles. Las construcciones conceptuales de paz se han concentrado en la manera en la cual se instituye un orden interno desprovisto de violencia, más que en el equilibrio interestatal, correspondiente a la experiencia europea.
Finalmente, el proyecto de investigación “Historia conceptual de la paz en Colombia” se desarrolla en diálogo cercano con investigaciones similares que se desarrollan en otros lugares del mundo, para darle un enfoque global. El ejercicio nos permite contrastar los léxicos locales con los de circulación global, los campos comunes y las prácticas de la paz en Europa, Asia y África.