Editor – Redactor
Juan Manuel García Tejada del Castillo (1774-1845). Empezó sus estudios en Literatura y Filosofía en el Seminario de Vergara, en España, y los concluyó en el Colegio del Rosario en 1792. Como sacerdote estuvo al frente de las parroquias de Santa Bárbara y Tocancipá. En 1803 fue nombrado por el virrey Amar y Borbón como capellán de la Real Audiencia. Una vez iniciada la Primera República, García participó en el Colegio electoral cundinamarqués y apoyó al partido nariñista. En abril de 1814, durante la celebración de la Semana Santa, el clérigo español Joaquín Guerra ofreció en la Catedral un discurso que resultó polémico a los ojos de ciertos miembros del gobierno republicano, debido a sus diatribas contra los Derechos del Hombre y los escritos de Voltaire y Rousseau. García asumió la defensa del acusado logrando rápidamente la absolución. Para ello, haciendo uso de la libertad de imprenta, publicó un escrito refutando uno a uno los ataques hechos a Guerra. Allí, al tiempo que condenaba el enaltecimiento de la diosa Razón en la Francia revolucionaria, hizo un llamado a los "republicanos cristianos" para que lucharan por el sostenimiento de la Independencia en contra de la "tiranía" y la "ambición" [1].
Casi un año después, el presbítero García participó en una conjuración orquestada de manera conjunta por algunos republicanos centralistas y por amantes de la causa realista para destituir al gobierno de las Provincias Unidas. Por ello fue recluido en el Convento de San Francisco y posteriormente en el de los Agustinos Descalzos. En un suplemento del Argos de la Nueva Granada titulado "Al Público" aparecieron varios papeles del proceso, y donde García señaló ciertas irregularidades de procedimiento. Su alocución finalizaba con un "Viva la Patria, viva el Gobierno, la libertad [y] la buena fe". Debido a que el proceso se extendió más de lo usual, y en vista de que las tropas de Morillo ya se encontraban en territorio neogranadino, a finales de septiembre los conjurados se organizaron de nuevo con el fin de derrocar al gobierno. El plan fue descubierto antes de su ejecución y el Tribunal extraordinario de Vigilancia, creado a partir de este suceso, aceleró los procesos de los inculpados. Gracias a la intervención del clero y a la determinación del Tribunal según la cual los reos no eran los principales agentes de la rebelión, la sentencia a último suplicio fue conmutada por el destierro de la Provincia. Aunque en dicha sentencia no se menciona el nombre de García, en esta oportunidad fue confinado a Tunja, donde, según José Manuel Restrepo, "procuró engañar a los patriotas arrastrándose hasta el polvo y predicando un fingido arrepentimiento". Una vez llegó Morillo a Santafé, García se presentó como el artífice de estas dos conspiraciones y afirmó que su objetivo principal había sido la restitución del orden monárquico, asunto que le mereció el nombramiento como editor de la Gazeta.
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1| En: García del Castillo, Juan Manuel. «Testimonio del presbytero Juan Manuel García de Castillo, en defensa del D. D. Joaquín Guerra, y de su antecedente Sermon contra las acriminaciones que falsamente se le hicieron por diez, ú doce sugetos, de entre un auditorio numeroso». Santafé de Bogotá: Imprenta del Estado por Juan M. Ríos, p. 1-15.