Historia

El psicoanálisis y la ciencia

 

El lazo que une al psicoanálisis con las ciencias posee particularidades que obedecen a la emergencia del sujeto en la reflexión sobre las problemáticas humanas. El psicoanálisis, nacido en la época de la ciencia, cuenta con un método, un conjunto de conceptos teóricos y una praxis; en tal sentido, dispone de aquellos elementos que lo ubicarían como tal, y al tiempo, su práctica lo enfrenta con las singularidades absolutas del sujeto, donde justamente ya no se trata de los asuntos más generales de los que suele ocuparse la ciencia. Así, se ubica en la tensión fructífera entre los conceptos de carácter general y los hallazgos singulares que aporta la praxis. Dicho de otra manera, el psicoanálisis plantea conceptos y erige un cuerpo teórico explicativo de asuntos humanos universales como el goce, la castración, el deseo, la función del objeto, el fantasma, etc...

 

Ahora bien, desde luego, el modo como cada quien se ubica al respecto resulta ser absolutamente singular, irrepetible, en absoluto medible y objetivable. Esta singularidad aparece en lo que constituye su práctica esencial: la clínica; su despliegue implica llevar al sujeto no solo al encuentro con su verdad, con su división, a través de las formaciones del inconsciente, sino con lo real del goce que allí él se juega, para que, por su recorrido, una nueva apuesta al respecto le sea posible. Esta referencia clínica es insoslayable en las aproximaciones que hace el psicoanálisis a las distintas problemáticas del funcionamiento subjetivo y colectivo, dado que su modalidad en la producción de saber no corresponde al campo autorreferido de las cosmovisiones.