Líneas de Investigación

Esta línea de investigación del grupo examina las prácticas, representaciones e imaginarios teniendo en cuenta la historia cultural y sus múltiples manifestaciones. En general estudia cómo se dirimen las relaciones de poder a través de las significaciones. De la mano con este acercamiento estudia temas como la diferencia, el cuerpo y las transgresiones. Los investigadores de esta línea entendemos por diferencia una disonancia real o imaginada con relación a la normalidad, por cuerpo un portador de significados y por transgresión una acción en contravía a la norma.

 

Aunque existen diferentes acentos metodológicos y temáticos, los investigadores se preocupan por argumentar teniendo en cuenta las redes de significación y señalando las tensiones y la circulación entre el discurso y las acciones, en algunos casos privilegiando perspectivas desde lo subalterno y lo microsocial, pero también desde el poder y la ciencia. Los temas que estudiamos son políticos porque fundamentalmente tratan del problema de la discriminación y la criminalización, por lo general de grupos sociales segregados por las relaciones de poder. En esta medida las significaciones culturales se develan no como inocentes, sino más bien como poderosos dispositivos de poder con los cuales se marcan y se reproducen las diferencias pero también se configuran guiones alternativos a los que estas presentan.

 

​​​​​​Esta línea de investigación del grupo examina las prácticas, representaciones e imaginarios a  través de la identificación y análisis de lenguajes políticos localizados. Los investigadores de esta línea entendemos por lenguajes el conjunto de recursos socio-lingüísticos necesarios para abordar cualquier problema y darle una solución colectivamente satisfactoria. Estos recursos comprenden varios niveles, tales como los conceptos, metáforas y figuras lingüísticas que definen un campo de significación; el conjunto de reglas –lingüísticas y socio-culturales - necesarias para adelantar una argumentación con éxito; los modos de persuasión de que los interlocutores son capaces y los protocolos de legitimación y autorización necesarios para establecer criterios de verdad y falsedad, inclusión y exclusión; y, finalmente, las convenciones e instituciones socio-culturales necesarias para que estos lenguajes sean socialmente efectivos. 


Los lenguajes que estudiamos son políticos porque fundamentalmente abordan el problema de la institución de la comunidad y el lugar y naturaleza de los individuos que la componen. En otras palabras, los lenguajes políticos no sólo se ocupan de abordar los problemas propios de la vida política, sino que penetran de manera más íntima en la experiencia social para examinar su proceso de auto-institución. Finalmente, estos lenguajes políticos son localizados porque todo ese conjunto de recursos socio-culturales ocurren siempre entramados en (por lo menos) una forma concreta de relacionamiento social, tales como las asociaciones formales o informales, los encuentros cotidianos, los comportamientos en público y su proceso de diseminación y contestación reguladas por las reglas, jerarquías e instituciones propias de esa forma de sociabilidad.

 

Las diversas formas de sociabilidad construyen posibilidades comunicativas diferenciadas que configuran lugares de negociación, de expresión y formación de la opinión. Una vez que todo lenguaje político localizado es intencionado –es decir, emerge como intento de resolver problemas concretos y generalizados—el análisis de un lenguaje político localizado permite reconstruir la problemática de sus usuarios, es decir, nos permite abordar las aporías propias de esa sociedad. Apelar a la autocomprensión de los mismos contemporáneos para entender su figuración de los acontecimientos, el significado de sus proyectos y la manera en que otorgan sentido a sus propias acciones, nos permite cartografiar el campo de las posibilidades políticas de diferentes momentos históricos.

 

Esta línea de investigación presta especial atención a las imágenes como problema de investigación y como fuente para la historia. Las investigaciones que se desarrolla en torno a esta línea dan cuenta de la preocupación por la manera como se configuran diferentes tipos de visualidades que se superponen en diversos periodos y espacios geográficos.

 

Uno de los intereses principales es el análisis de los usos y circulación de las imágenes teniendo en cuenta diferentes tipos de artefactos culturales ya sean estos pinturas, esculturas, estampas, grabados, murales, libros, publicaciones periódicas, postales o fotografías, entre otros. Si bien cada uno de los investigadores utiliza sus propias metodologías las aproximaciones relacionadas con la geografía del arte, el atlas mnemosyne, las representaciones y la producción de presencia son privilegiadas.

​​​​​Esta línea parte de la importancia de considerar la desestabilización de la historiografía como discurso hegemónico sobre el pasado debido a la irrupción de la(s) memoria(s) colectiva(s), como una forma diferente de articular la experiencia y crear sentido sobre lo acontecido, desplazamiento especialmente sensible desde el último cuarto del siglo XX hasta el presente. 

 

Las investigaciones en ella inscritas abordan las problemáticas relaciones entre memoria e historia, las disputas públicas sobre la representación del pasado en diferentes ámbitos (arquitectura, monumentaria, escuela, museo, academia, conmemoración ritual, medios de comunicación, etc.), y los complejos procesos de patrimonialización y musealización propios de una sociedad contemporánea presentista y obsesionada por el consumo y uso del pasado.

Prácticas culturales, imaginarios y representaciones

CONTACTO

Coordinador: Hernando Cepeda Sánchez

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